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Reforestación y conservación del bosque Chilanguera
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Reforestación y conservación del bosque Chilanguera
¿Sabías que, desde 1974, cada 5 de junio se conmemora el Día mundial del medio ambiente? Esta celebración tiene el propósito de sensibilizar al mundo sobre la importancia de cuidar el planeta y todos sus recursos. En dicho contexto, hoy queremos contarte una iniciativa medioambiental de Grupo CASSA que demuestra nuestros avances y compromisos por la conservación del medioambiente: la restauración del Bosque Chilanguera.

Desde hace siete años adoptamos un proyecto muy especial en San Miguel, uno de los departamentos en los que se cultiva caña de azúcar para darle vida a Ingenio Chaparrastique.
Así, cuando Grupo CASSA expandió la operación de la planta productora de azúcar hacia la generación de energía limpia a base de fibra de caña, junto con el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) estableció como medida de compensación ambiental el resguardo del Área Natural Bosque Chilanguera, con el propósito de mejorar la calidad ambiental al recuperar las condiciones necesarias para infiltrar agua en los mantos acuíferos de la zona y, más específicamente, en la cuenca del Grande San Miguel.
De ese modo, un proyecto que nació como una compensación por el desarrollo del proyecto de generación de energía eléctrica se convirtió en un gran compromiso para Grupo CASSA, en sintonía con nuestra misión de implementar buenas prácticas ambientales en campo e impulsar la sostenibilidad de la industria azucarera en El Salvador.
¿Qué es el Área Natural Bosque Chilanquera?
Es una reserva ecológica de 375 hectáreas ubicadas en el cantón del mismo nombre, en el municipio de Chirilagua, la cual colinda con la laguna de Montecristo, en San Miguel.


"Iniciamos hace siete años y era como un cadáver, lo encontramos totalmente devastado pues el 70% estaba perdido", recuerda Carlos Ascencio, oficial de la zona protegida, al detallar la forma en que depredadores ambientales se dedicaban a la tala indiscriminada de árboles y provocaban incendios forestales para realizar la cacería de especies animales existentes.
"Con la reforestación del Bosque Chilanguera hoy de verdad lo podemos llamar bosque", dice Ascencio con mucho orgullo pues junto a su equipo han trabajado duro en diversas tareas de restauración, mantenimiento y educación ambiental en la zona.


Reforestación paso a paso
Claudia Figueroa de Perla, jefe de medio ambiente y gestión de calidad de Grupo CASSA, explicó que el involucramiento de la empresa inició con la identificación de áreas con potencial de restauración y con la identificación de flora y fauna nativa de la zona.
Posteriormente se construyó el cerco perimetral y las brechas cortafuegos de 6 a 12 metros de anchura; además se instalaron rótulos de educación indirecta entre los que destacaban la prohibición de la caza de animales y de la tala de árboles como medidas para la protección de la biodiversidad; así como la identificación de 11 senderos.


Asimismo, CASSA ha contratado a seis guarda recursos o comúnmente llamados "guarda bosques" que, en conjunto con el MARN, se han capacitado para asegurar la sostenibilidad de la zona; y se ha establecido el vivero forestal que abastece las actividades de preparación de árboles para la posterior siembra en las diferentes áreas identificadas.
Samuel Mercado Ramírez es guarda bosques en Chilanguera. Nos contó que inicia su recorrido a las seis de la mañana todos los días, el cual consiste en caminar siete kilómetros de senderos dentro del bosque para transmitir el mensaje de protección del área y así prevenir quemas, talas y cacerías. "Me gusta este trabajo porque le doy ejemplo a la gente sobre el cuido del área, les digo que debemos cuidar la zona y sembrar árboles porque antes esta zona era de mucha tala, cacería y quemas, pero hoy se ve que los árboles se están reproduciendo. Con esto logramos dar una recompensa a la naturaleza por las contaminaciones que hacemos a diario como humanos", nos dijo.
Hoy por hoy, un grupo de entre 25 a 50 personas (dependiendo de la época) es el que, desde muy tempranas horas del día, se encarga de las actividades de mantenimiento de los árboles sembrados, del vivero
rótulos instalados, siembra anual de árboles y de impartir capacitaciones enfocadas en la protección ambiental de la zona a las comunidades vecinas, principalmente dirigidas a los niños.
73 500 árboles y sumando
La labor ha sido incesante. Solo en la reforestación se cuantifica un total de 73 500 árboles sembrados desde 2015, incluyendo especies que ya albergaba esta área natural, tales como madrecacao, maquilishuat, almendro de castilla, neem, cola de iguana, castaño, carreto, caoba, güiligüishte, chichipate, conacaste negro, conacaste blanco, copinol, roble, nacascolo, hoja blanca, sálamo, cedro, chaperno, carao, marañón, mango y jocote, entre otros.
"La compensación ya se siente. Usted va por la zona y se siente más fresco, como que el aire está siendo más purificado y se percibe mejor ambiente en la zona. Otra cosa es que le estamos dando cabida a otras especies que viven en el bosque", comentó Javier Ortiz, presidente de la Cooperativa Chilanguera, institución que se ha unido y comprometido junto a CASSA a proteger el bosque mediante la educación y concientización de los habitantes de la zona.
Sin duda, la sostenibilidad de este proyecto es vital y su importancia no solo radica en la responsabilidad de reducir el impacto ambiental y contribuir a palear el cambio climático en El Salvador. De igual relevancia es el hecho que las comunidades vecinas perciben que la restauración del Área Natural Bosque Chilanguera también es su responsabilidad y su aporte al cuidado del medioambiente de todo el país.
